Sunday, November 4, 2012

Pecado Confesión y Arrepentimiento (parte 3)

Pecado Confesión y Arrepentimiento (parte 3)
Sin Confession and Repentance (part 3)


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Contigo voy Virgen pura y en tu poder voy confiado, pues yendo de ti amparado, mi alma estará segura.
Dulce Madre no te alejes, tu vista de mí no apartes, ven conmigo a todas partes y solo nunca me dejes. Ya que me proteges tanto, como verdadera Madre, ruega para que me bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amen.

Lecturas del Domingo 12/16/12


Comentario a las lecturas del Domingo 12/16/12 del hermano José María Vegas, cmf


Comentario del Padre Barron a la lectura del 12/16/12.


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Este blog es dedicado a mi Señor y mi Dios; mi Salvador y Redentor; mi Hermano Mayor y Amigo que nunca falla; mi Maestro y Rey: Yeshua Hammashiach = Jesús el Mesías.

La Tentación

(Filipenses 4:8) En fin, mis hermanos, todo lo que es verdadero y noble, todo lo que es justo y puro, todo lo que es amable y digno de honra, todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza, debe ser el objeto de sus pensamientos. (9) Pongan en práctica lo que han aprendido y recibido, lo que han oído y visto en mí, y el Dios de la paz estará con ustedes.

Hasta hoy hemos nada mas hablado del 'pecado original' y del 'diablo', continuaremos ahora nuestra serie y hablaremos esta vez sobre la tentación. La tentación es algo que todo ser humano sin excepción experimenta en su vida, es algo normal, pero, debemos de evitar lo mas que podamos, dar la oportunidad de que eso ocurra; por ejemplo, si a vos te gusta la bebida (el licor) y estás tratando de dejar de tomar, pues no asistas a fiestas o celebraciones en donde vos sabes que estarán ofreciendo bebidas alcohólicas.

Si tienes problemas con tu peso o la glotonería, no te acerques donde habrá mucha comida y bocadillos deliciosos; si te gusta el chisme, y estás tratando de no ser mas chismosa/o, no te asocies con gente que siempre está chismeando contra los demás, y así por el estilo, aléjate de las tentaciones porque siempre puedes caer. Habrán sin embargo ocasiones inevitables en las que te encontraras en situaciones tentadoras, en ese caso, considéralas como ocasiones de prueba a tu voluntad y determinación.

(Génesis 4:6) Yavé dijo a Caín : «¿Por qué andas enojado y con la cabeza baja? Si obras bien, andarás con la cabeza levantada. (7) En cambio, si obras mal, el pecado está a las puerta como fiera al acecho: ¡tú debes dominarlo!»

No importa cual sea lo que nos causa una tentación, es sin embargo nuestra obligación el no dejarnos dominar por ella, debemos resistirla y vencerla. Desde el comienzo nuestros padres Adán y Eva fueron tentados por el diablo y sucumbieron a la mentira del tentador, y pecaron contra Dios; es importante recordar que todo pecado que cometemos, es cometido primero contra Dios, nosotros mismos y contra nuestro prójimo, ademas, recuerda que todo pecado tiene su consecuencia, sin importar su clase o tamaño.

La Psicología de la Tentación

Nuestros impulsos podrían clasificarse en tres categorías, Sexo, Ego y el Deseo de poseer Propiedades (cosas); todos esos tres impulsos son buenos, pero, pueden ser considerados 'material inflamable'. Sin no fuese por el sexo (la carne, nuestro componente físico), no tendríamos una familia; si no fuese por el Ego, no tendríamos deseo de conocer la verdad, o de tener una educación y salir adelante en la vida, o tener ambiciones legítimas, no desearíamos la perfección física y mental. Nuestro deseo por poseer propiedades, expresa nuestra libertad de forma externa, pues somos libres no sólo internamente (espiritual e intelectualmente), sino también en lo externo, por eso podemos reclamar lo que nos pertenece.

Todos esos impulsos son buenos, pero, también pueden ser malos, si los pervertimos; sabemos por ejemplo de que el fuego es bueno en los hornillos de la estufa (cocina), o en el hogar de la chimenea o en la llama de una candela, pero, puede ser muy malo en nuestra cama o en nuestra ropa. Todo incluyendo nuestros impulsos, debe estar en su lugar apropiado, o será causa de grandes problemas.

(1 Juan 2:14) Les he escrito, hijitos, porque ya conocen al Padre. Les he escrito, padres, porque conocen al que es desde el principio. Les he escrito, jóvenes, porque son fuertes, la Palabra de Dios permanece en ustedes y ya han vencido al Maligno. (15) No amen al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. (16) Pues de toda la corriente del mundo, la codicia del hombre carnal, los ojos siempre ávidos, y la arrogancia del éxito? nada viene del Padre, sino del mundo. (17) Pasa el mundo con todas sus codicias, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

El hecho de que tengamos o experimentemos tentaciones, no quiere decir que algo anda mal en nosotros, no, después de todo somos humanos; las mayoría de las veces las tentaciones nos llegan de afuera, algo que hemos visto, algo que hemos oído, algo que deseamos o cualquier cosa que sea; aquí podríamos regresar a lo que ya dije antes, o sea de que debemos resistir las tentaciones, porque aunque sean pruebas que nos llegan, debemos de ejercer nuestra libre voluntad y optar por lo que es bueno y correcto, pues Dios nunca nos tentaría con algo que nosotros no podemos controlar.

(1 Corintios 10:12) Por eso, el que se cree muy seguro, ¡cuídese de no caer! (13) Hasta ahora, ustedes no tuvieron tentaciones que superen sus fuerzas humanas. Dios es fiel, y él no permitirá que sean tentados más allá de sus fuerzas. Al contrario, en el momento de la tentación, les dará el medio de librarse de ella, y los ayudará a soportarla.

De nuevo, el Señor nunca violará nuestra libre voluntad, es esa precisamente la razón por la que todo pecado tiene su castigo, no es porque Dios es un dios sin misericordia, sino porque nosotros hemos puesto en acción un proceso que ya existe como automático, para cuando haya una violación contra la ley; por ejemplo, existe la ley de la gravedad, si yo deseo caminar por el aire desde un segundo piso, pues inmediatamente está en juego la ley que el suelo me atraerá hacia él, sin importar que yo sea muy religioso o un ateo; hay pecados por los que podré hacer penitencia, pero si me estrello contra el suelo, mi penitencia será pasar (si es que salgo con vida) en un hospital un tiempo, y desquebrajado por el resto de mi vida.

Tomen nota de que el versículo anterior, nos dice que Dios nos provee siempre una salida a cualquier situación, y es ahí justamente donde podemos fallar, pues podriamos rechazar la oportunidad de escapar y continuar obstinadamente haciendo lo que no debemos, seremos entonces víctima de nuestra propia lujuria o testarudez.

Por ejemplo, supongan que vemos a un hombre que se está ahogando, inmediatamente, buscamos una cuerda y se la lazamos, o talvez un salvavidas; pero sucede que el individuo al que queremos salvar, rechaza la cuerda o el salvavidas, simplemente porque lo que él quiere es cometer suicidio, ¿qué mas podemos hacer nosotros desde la orilla, en contra de su voluntad?    ¡Nada!

Mucha gente tiene problemas con la oración del Padre Nuestro, especialmente con la parte que dice:'no nos dejes caer en tentación'; creo que esas personas ignoran la última parte que discutíamos aquí, o quizás han cerrado su mente (endurecido el corazón) para justificar cualquier pecado que ellos hayan cometido. Les daré otro ejemplo para aclarar este punto.

A como uds. saben un general o sargento del ejército, nunca dispara balas o municiones de verdad en contra de sus tropas durante el entrenamiento, mas bien les disparan cartuchos y explosivos de fogueo, que son prácticamente no peligrosos, para que aprendan las técnicas del combate y la lucha de batalla campal; sin embargo, una vez ya entrenadas las nuevas tropas, los enviaran al combate, en donde sí, les dispararan (el enemigo) balas y explosivos de verdad. Esa es la clase de tentación o prueba a la que se refiere el Padre Nuestro.

El Acto

Pasaremos ahora a lo que llamamos 'el acto', el tentador nos insinuará ciertas acciones precisamente para encender un fuego en nosotros, y en el momento en que consintamos a las sugerencias del diablo, habremos actuado, y quizás comenzaremos a hacer excusas por lo que hemos hecho; en el área del sexo quizás diremos, 'bueno, todo mundo hace ésto, o sea que trajimos el agua, pero olvidamos los vasos'. En el área del Ego, podríamos decir, ¿'porqué tendría alguien que decirme lo que debo hacer? Después de todo, ¡yo soy una máquina poderosa! ¿Porqué tengo que correr por la linea férrea que alguien hizo hace ya varios años? ¡No. Yo plantaré mis propios rieles! Lo que realmente está pasando, es que te has dado cuenta que después de todo, no sos una máquina ni tan libre ni tan poderosa. En el área de poseer propiedades, a lo mejor nos apropiemos de lo que no nos pertenece, con la tonta esperanza de que no nos pillaran.

Los Hábitos

(Juan 8:31) Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él: «Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: (32) conocerán la verdad y la verdad los hará libres». (33) Ellos le respondieron: «Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir entonces: "Ustedes serán libres"»?. (34) Jesús les respondió: «Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado.

Estamos ahora en al segunda etapa del proceso de la tentación, todos sabemos que una hilacha de seda se puede romper fácilmente, pero si enhebramos muchas de ellas, se convierte en un hilo o tela no muy fácil de romper; similarmente los múltiples actos de pecado, se vuelven tan fuertes que te controlarán con mucha facilidad y te será difícil poder vencer, en otras palabras se volverán un hábito, y el problema se está poniendo ahora muy duro, pues todo mal hábito tiende a transformarse en una 'adicción'; en el área del sexo, nos volveremos adictos al sexo o la pornografía; podríamos comenzar por tomarnos una copa de vez en cuando o en cada ocasión social, y terminaremos en alcohólicos; comenzaremos llevándonos (robándonos) en la bolsa pequeños objetos que pertenecen a otros, y terminaremos siendo cleptómanos o ladrones.

(Mateo 12:29) ¿Quién entrará en la casa del Fuerte y le robará sus cosas, sino el que pueda amarrar al Fuerte? Sólo entonces le saqueará la casa.

Nos damos cuenta ahora de que hemos perdido nuestra libertad, somos ahora esclavos del pecado, estamos psicológica y espiritualmente enfermos, porque, no podemos actuar mas como seres humanos libres, nuestros principios morales están en la basura, y somos marionetas de compulsiones y malos deseos. (Romanos 7:17) Pero entonces, no soy yo quien hace eso, sino el pecado que reside en mí. Nos sentimos como despedazados, sentimos un fuego que nos consume internamente, y eso es, porque no puedes tomar un pedazo de carbón encendido y ponerlo en la palma de tu mano, con seguridad te causara un gran dolor y quemadura muy ardiente, porque no existe afinidad entre tu mano y el fuego. De la misma forma, cuando nos hemos vuelto adictos, no existe afinidad entre tu alma, mente, espíritu y tu cuerpo, con los excesos de la depravación y la corrupción total en que nos encontraríamos por cualquier adicción. (por eso es que estamos enfermos.)

¿Nos encontramos en un estado sin esperanza?    ¡No!  Existe todavía un camino fuera de la presente depravación, nuestra mente quizás no está todavía completamente cerrada o saturada, quizás haya lugar para introducir en ella algo más que nos pueda ayudar; la forma más efectiva para que haya un escape de la presente situación, es por medio de apretar o sobrecargar el espacio mental y hacer que la adicción se sienta arrinconada o apretujada, y la razón de este método es, porque nunca podríamos simplemente hacer desaparecer la adicción a punta de sólo voluntad propia, a menos que la persona experimente un milagro, o un 'shock emocional' de alto voltaje, pero muchas veces eso sucede de forma contingencial y no por medio de un método específico.

Por ejemplo cuando una tubería o cañería (ya sea de agua, gasolina o cualquier líquido) se tapa, ya sea por mucha basura o porque algún objeto se introdujo en ella de forma accidental, la única forma de desatascarla es por medio de meter agua a presión alta, o por medio de introducir una sonda en la tubería, y así empujar la basura u objeto que impedía al liquido fluir libremente por la cañería o tubería; en todo caso, lo que hemos hecho es introducir un objeto mas, para empujar la atascadura hacia afuera.

Antes de continuar, estemos claros que no todas las tentaciones son malas, pues a como uds. saben tentación quiere decir, causar atracción, cautivar, llamar la atención, invitar, encantar, insinuar, etc. Por lo tanto no todas las tentaciones son malas, por supuesto que generalmente cuando hablamos de tentación, hablamos de la tentación que nos puede hacer caer en el pecado, pero, la tentación en sí, no es mala todo el tiempo, se podría convertir en mala, si nosotros voluntariamente damos continuamente la oportunidad a la misma clase de tentación; por ejemplo, si vos ves los mismos programas de TV, en donde la gente llega a exponer sus trapos sucios en público, entonces tu te estás poniendo en una situación que te puede llevar a pecar, estos shows incluyen también a los llamados shows de 'jueces, o Corte en TV'.

Quizás crean que me estoy pasando de ridículo, pero, el punto es que entre más te expongas a la depravación, la vulgaridad, la inmoralidad, la irreverencia, la blasfemia, el lenguaje soez, el sacrilegio y la falta de respeto; lo más insensible que te volverás a todas éstas cosas, y una vez perdida la sensibilidad, tu moral también se irá al sumidero y te convertirás en otro orgulloso ciudadano mas de Sodoma y Gomorra.

(1Pedro 2:22) El no cometió pecado ni en su boca se encontró engaño. Nuestro Señor a como uds. bien saben, fue tentado por el diablo, pero, él no cometió pecado, resistió al diablo y ganó la batalla. (Lucas 4:2) donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. Pueden ademas leer las versiones de este mismo episodio en (Mateo 4:1) y (Marcos 1:13). aquí la tentación se nos presenta como una dura prueba a Jesús, a la vez este pasaje nos da la respuesta o solución de como vencer cualquier tentación, lo mismo que las adicciones, a como veremos dentro de poco.

Ya al comienzo de este artículo les he dado ideas de como vencer o evitar las
tentaciones, pero ahora, agregaré otros elementos muy importantes, necesarios e indispensables en nuestra batalla contra las tentaciones y los malos hábitos; primero, para apretujar y poder expulsar los malos pensamientos, debemos de pensar o introducir buenos pensamientos, que sean edificantes y que nos ayuden a vivir una mejor vida, y por supuesto que la mejor manera de introducir buenos pensamientos es por medio de leer la Biblia, sí, debemos de saturar nuestra mente con la palabra y el amor de Dios, sólo así venceremos al diablo.

A como podemos leer en los pasajes antes mencionados, el Señor resistió al diablo con la palabra de Dios, cada vez que el diablo le presentaba una nueva tentación, el Señor lo rebatió por medio de citar pasajes de la Biblia, hasta que el diablo se dio por vencido, ya que él no podía refutar o contradecir la palabra de Dios que es la 'espada del Espíritu'. Por favor no ignoren el hecho de que el Señor se preparó bien, antes de afrontar al diablo por medio de ayunar y orar por 40 días, lo cual pueden confirmar en las Escrituras.

Ninguno de nosotros quizás, tendrá que ayunar por 40 días, pero, debemos de abstenernos de todo lo que sea ocasión para caer en el pecado, recuerden que ayuno no sólo quiere decir, no comer alimentos, sino que también significa el abstenernos de todo lo que nos ponga en opocision a Dios; uds. van a tener que evitar la compania de ciertas personas, o el de visitar ciertos lugares, o de abstenerse de entrar a sitios-web que los tentarían de forma que no pueden uds. resistir. En resumen debemos de disciplinarnos, y ser pacientes con nosotros mismos, debemos desarrollar buenos hábitos y ser lo suficiente maduros, para reconocer cuáles son los malos hábitos que debemos eliminar, y por supuesto que lo haremos poco a poco pero sin mirar hacia atrás, estén seguros de que sí, lo pueden lograr, sean realistas, oren mucho, hagan ayuno de todo lo que puede afectar su salud espiritual y que el Espíritu Santo sea su consejero y guía en esta lucha. Que Dios los bendiga.

Continuará....




Que Dios Padre, el Hijo y el Espíritu santo los bendiga, y que los santos Ángeles los protejan durante el día y cuando duermen.

Que la Santa Virgen María, los Santos del Cielo y los Ángeles rueguen a Dios por nosotros, Amen!

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"English Section"

Readings for Sunday 12/16/12

Listen to Fr. Barron's commentary for Sunday 12/16/12


Temptation

(Philippians 4:8) Finally, brothers, let your minds be filled with everything that is true, everything that is honourable, everything that is upright and pure, everything that we love and admire -- with whatever is good and praiseworthy. (9) Keep doing everything you learnt from me and were told by me and have heard or seen me doing. Then the God of peace will be with you.

So far we have talked about “original sin” and the “devil”, now continuing with our series, we'll look into the feeling of temptation. This is something that every human been without exception will experience during her/his life, it is something normal but, we should avoid as much as we can to give the opportunity for it to occur; for example, if you like to drink and are trying to stay away from the bottle, avoid going into parties where you know they will be serving or offering alcohol.

If you have problems with gluttony, stay away from food and goodies, if you like to gossip, don't associate with people who like to gossip a lot, and so on. There will be however some temptations or tempting opportunities that will come your way, and that you can not avoid, these will be like trials to test your will and determination.

(Genesis 4:6) Yahweh asked Cain, 'Why are you angry and downcast? If you are doing right, surely you ought to hold your head high! But if you are not doing right, Sin is crouching at the door hungry to get you. You can still master him.'

No matter what causes temptation, it is our obligation not to succumb to it, but to fight against it and beat it. Right from the beginning, our parents Adam and Eve were temped by the devil, and unfortunately succumbed to the lie of the tempter and sinned against God, it is important to remember that every sin we commit, is committed against God, ourselves and our neighbor, and that every sin regardless of its size or class, has consequences.

The Psychology of temptation

Our impulses could be divided in three categories, Sex, Ego and Desire for property, all of those three impulses are good, but could be considered as flammable material; if it was not for sex (the flesh, our physical component), we wouldn't have a family, if it wasn't for the Ego, we wouldn't have a desire for truth, to get an education and to get ahead in life, to have legitimate ambition, a desire for physical and mental perfection ; our desire for property expresses our freedom in an external manner, we are free not only on the inside, but also on the outside because we can call or claimed things as our own.

Those three impulses are good, but they can also be bad if they are perverted; we know that fire is good in the stove, in a hearth or in a candle, but it would be bad in our bedroom or in our clothes. Everything, including our impulses should be in the right place or they will cause trouble.

(1 John 2:14) I have written to you, young people, because you are strong, and God's word remains in you, and you have overcome the Evil One. (15) Do not love the world or what is in the world. If anyone does love the world, the love of the Father finds no place in him, (16) because everything there is in the world -- disordered bodily desires, disordered desires of the eyes, pride in possession -- is not from the Father but is from the world. And the world, with all its disordered desires, is passing away. But whoever does the will of God remains for ever.

Just because we suffer temptations, doesn't mean that there's something wrong with us, we are humans after all; temptations usually come from the outside, something we see, something we hear, something we desire, whatever it might be. Here we could go back to what I said before, that you should resist temptation, because even when they could be trials, it is up to you to exercise your free will, and to choose what is good because God will never tempt us with something we can not control.

( 1 Corinthians 10:12) Everyone, no matter how firmly he thinks he is standing, must be careful he does not fall. (13) None of the trials which have come upon you is more than a human being can stand. You can trust that God will not let you be put to the test beyond your strength, but with any trial will also provide a way out by enabling you to put up with it. (14) For that reason, my dear friends, have nothing to do with the worship of false gods. We can read here, that the good Lord will never put us to the test beyond our strength.

Again, the Lord will never violate our free will, and that's the reason why there's punishment for sin, not that God is a merciless god, but that we have initiated the work of the law, and the law must be enforced unless we repent and do penance for our sin. Notice that the previous passage tells us that God will always provide us with a way out, and there's precisely the point where we could fail, if we refused to take the way out, we will ensnare ourselves in our own lust.

Let's use an example to illustrate that last part; suppose there's a man in the water trying to commit suicide, but the people on the shore try to help him by throwing him a floatation device and a life line, if the man refuses to get a hold of either device and instead pushes them away or don't even try to catch them, then he is taking responsibility of his own life, and the act to commit suicide.

Many people have problem with the prayer of the Our Father, especially with the part that says, 'lead us not into temptation', they argue that it is not fair to lead us into temptation, but they ignore the last part that we have just discussed, or just close their mind to justify whatever sin they have committed. To clarify that phrase, let me give you another example.

As you all know a general in the army will never fire live ammunition against his own troops, all the opposite, he tries to train them to be ready for battle, now, in those training exercises, he will shoot at them blanks and all kind of unharmful explosives, so they can learn how to confront the enemy; the reason he does that, is because these soldier will eventually go to the theater of war, and then the general will naturally send them to fight against an enemy that will be shooting real bullets at them. That's the kind of trial or temptation, that the Our Father refers to.

The Act

Now we pass to what we call 'the act', the tempter will first insinuate or ignite a fire in us, and at the moment we consent to his insinuations, we have acted and will start to make excuses for what we have done; in the area of sex, we might say: 'well, everybody does it any way, we brought the water but, just forgot the glass.' In the area of the Ego, we might say: 'why anybody should tell me what to do? After all, I'm a powerful engine, why should anybody tell me, 'this are the tracks, that have been laid out for you, years ago' why follow those tracks? I'm going to make my own tracks!' What's really happening is that you find out that you are not free to be an engine after all. In the area of 'desire to own property or things' we might just take what is not ours, hoping that we won't get caught.

Habits

(John 8:31) Jesus then said to those Jews who believed in him, “If you remain in my word, you will truly be my disciples, (32) and you will know the truth, and the truth will set you free.” (33) They answered him, “We are descendants of Abraham and have never been enslaved to anyone. How can you say, ‘You will become free’?” (34) Jesus answered them, “Amen, amen, I say to you, everyone who commits sin is a slave of sin.

Now we are on the second stage of the progress of temptation, we all know that a single thread of silk is very easy to break, but when we put together thousands of them, they become a strong cord or yarn that is not easy to break ; similarly with multiple acts of sins, they will become very strong and will control us with ease, in other words they become a habit, the problem now is getting worst, because we all know that a bad habit will transform itself into a tyranny or addiction; so in the area of sex, we could become addicted to sex or pornography; we could start first being social drinkers, and end up as alcoholics, we could take (steal) stupid little things and end up being kleptomaniacs or thieves.

(Matt. 12:29) How can anyone enter a strong man’s house and steal his property, unless he first ties up the strong man? Then he can plunder his house.

Now we find that we have lost our freedom, we are now slaves to sin, we are psychologically and spiritually sick, because we can not act as free human beens anymore, our morals have been shut and we are puppets of compulsions and bad desires. (Romans 7:17) As it is, it is no longer I myself who do it, but it is sin living in me. We feel torn apart, we feel like a fire burning inside of us, and that is because you can not take a piece of burning coal and put it in the palm of your hand, it will surely hurt badly, it'll burn you and cause great pain, because there is no affinity between your hand and the fire. The same way, when we have reached a state of addiction or corruption, there is no affinity between our soul, mind, spirit and body, with these excesses or wickedness of the sinful state in which we find ourselves (therefore, we are sick).

Are we in this state without hope? No!, there is still a way out of the present depravity, our mind is not yet completely closed, there is room for something else to get into it; the way to accomplish our escape, is by crowding out the evil that has a hold on us, and the reason is, because you can never drive out a compulsion like drink or anything else, that's why we must crowd out our compulsion, like pushing it or forcing it out; for example, when a pipe or drainage is clogged, we might clear it by forcing water into it or introducing a rooter snake, what we have done is to introduced something new into that pipe or drainage, we pushed out the clogging stuff.

Before we continue, let's be clear that not all temptations are bad, as you know temptation means to cause attraction to something, to allure to captivate, to call attention to, to invite, to charm, to insinuate etc. therefore not all temptations are bad, of course when we talk about temptation we do it most of the time, referring to a temptation that leads us to sin, but, we must also understand that temptation in and of itself, is not a sin, not at all; now, it could become sinful, if we voluntarily keep giving an opportunity to the same temptation, or to be tempted on the same thing, for example, if you keep watching the same TV shows, where the people expose or air out their duty laundry in public, then you are putting yourself in a situation that could lead you to sin, this shows include the so called, “judges or TV court shows.”

You might think that I'm being ridiculous here, but, the point is, that the more you are exposed to deprivation, vulgarity, immorality, irreverence, blasphemy, foul language, sacrilege and flippancy . The more insensitive that you become to all those things, and in less time that you can imagine, you'll find all that to be normal and acceptable. Once you loose your sensitivity, your morals go down with it and you have become another proud citizen of Sodom and Gomorrah.

(1 Peter 2:22) "He committed no sin, and no deceit was found in his mouth." Our Lord as you well know, was tempted by the devil, but, he did not commit sin, he resisted the devil and won. (Luke 4:2) where for forty days he was tempted by the devil. He ate nothing during those days, and at the end of them he was hungry. You can also read more about it in (Matt. 4:1) and (Mark 1:13). Here we see temptation as a very hard test, this passage of the temptation of our Lord, gives us the answer to not only overcoming temptation, but addictions as well as we'll see in a moment.

I have already given you at the beginning of this article, some pointers at how to overcome temptation, but now, I'll add some very important, necessary and indispensable elements in our battle against temptation and bad habits; number one, to crowd and to push all the bad thoughts in our mind, we must introduce, very good thoughts, and the best way to do that, is by reading the Scriptures, yes, we must saturate our mind with the word and love of God, to be able to win against the Devil.

Our Lord resisted the the Devil with the word of God, every time the Devil presented a new temptation, the Lord rebuked the Devil by quoting passages from the Bible, and the Devil finally conceded defeat because he couldn't contradict the word of God which is the Sword of the Spirit. Please don't forget or overlook the fact that our Lord was preparing himself before facing the Devil, with fasting and prayer; the Scripture tells us that he fasted for 40 days and prayed during all that time.

You or me won't have to fast for 40 days, but we must abstain from everything that is an occasion for temptation, fasting doesn't just mean to not eat food, it also means to abstain from the things that put us in opposition to God, you might have to avoid certain persons or go to certain places, or must avoid to visit certain web-sites, that could make you fall into temptation; in summary you must discipline yourself, and be patient, you must work on developing good habits, and be mature enough to know that bad habits are hard to erase, but, with lots of patient you can do it, be realistic, pray a lot, and fast on the things that could affect your spiritual well being, may the Holy Spirit be your counselor and guide. God bless you.

Will continue....



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Lecturas del Domingo 12/16/12, Domingo III de Adviento, Ciclo "C"
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Primera lectura
Lectura de la profecía de Sofonías (3,14-18a):

Regocíjate, hija de Sión, grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás. Aquel día dirán a Jerusalén: «No temas, Sión, no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta.»


Palabra de Dios
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Salmo
Is 12,2-3.4bed.5-6

R. Gritad jubilosos: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel» .


El Señor es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R/.

Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R/.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel.» R/.


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Segunda lectura
 
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (4,4-7):
 
Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca. Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
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Evangelio


Lectura del santo evangelio según san Lucas (3,10-18):


En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: «¿Entonces, qué hacemos?» Él contestó: «El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.» Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: «Maestro, ¿qué hacemos nosotros?» Él les contestó: «No exijáis más de lo establecido.» Unos militares le preguntaron: «¿Qué hacemos nosotros?» Él les contestó: «No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga.»

El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.» Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.


Palabra del Señor



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Comentario del Domingo 12/16/12
Comentario del Hermano José María Vegas, cmf
(propiedad de www.Ciudad Redonda.org)


El deber y el gozo

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El tercer Domingo de Adviento se llama, según una venerable tradición, Domingo “Gaudete”, “regocijaos”, por la primera palabra del Introito de la Misa y en consonancia con las exhortaciones de la primera y la segunda lectura. El tiempo de Adviento se organizó litúrgicamente hacia el siglo V como un ayuno penitencial preparatorio de la Navidad, en paralelo al tiempo de Cuaresma anterior a la Pascua. Por ello, igual que el cuarto Domingo de Cuaresma es el domingo “Laetare” (alégrate), que supone un cierto alivio en medio de los rigores cuaresmales, el domingo tercero de Adviento (que, entretanto, ha perdido entre nosotros mucho de su carácter penitencial, no así entre los orientales) es el domingo del regocijo que intuye ya la cercanía próxima del Señor. Incluso psicológicamente puede entenderse esta explosión de gozo y alegría: ya “sólo” queda un domingo más antes de la gran fiesta de la Navidad.

Y esta alegría litúrgica y psicológica puede tener además otras connotaciones que refuerzan el tono festivo: se acercan las vacaciones, posiblemente el reencuentro familiar, el nuevo año, etc. En el plano de la fe, la proximidad de la celebración litúrgica de la Navidad nos recuerda la proximidad real del Señor, que, pese a todas las evidencias negativas que pueblan el mundo y la historia, no ha abandonado a los suyos, sino que viene en su busca y quiere encontrarlos. El gozo que nos anuncia este domingo de Adviento y de esperanza procede de una posibilidad que se puede hacer realidad: “el Señor está cerca” y tú puedes encontrarte con Él. ¿Cuáles son las condiciones de este encuentro?

Resulta chocante que, precisamente en este domingo que exhorta al regocijo, el Evangelio adopte un tono severo y subraye las exigencias del frío deber. Más que los tonos alegres de la Buena noticia de la salvación y la gracia, pone en primer plano las normas morales a que debe someterse nuestra voluntad. Ya las mismas preguntas que la gente le dirigía a Juan están referidas al “hacer” y, además, a ese hacer que se nos impone como deber: “¿qué tenemos que hacer?” Las respuestas de Juan parecen las verdades del barquero, evidencias de sentido común y que se pueden resumir en el deber de la justicia. A todos (a la “gente”) les exige la disposición a compartir lo que tienen con los necesitados; a los que están investidos de ciertas responsabilidades y cierta autoridad o poder, la exigencia es la de no abusar de su posición, esto es, abstenerse de hacer el mal en beneficio propio.

La exigencia de justicia, efectivamente, se desdobla en dos principios complementarios: el más exigente y universal, o de justicia negativa, que prohíbe hacer mal a nadie (“el primer bien que hay que hacer es no hacer mal”); y el segundo, de solidaridad o de misericordia, que manda hacer el bien en la medida de lo posible. Son dos principios complementarios y necesariamente implicados entre sí, que no se deben separar demasiado radicalmente. La misericordia supone la justicia: si quiero que me ayuden, es justo que yo lo haga con los demás; y la justicia exige la misericordia: si no quiero ofender a nadie, es porque reconozco su dignidad, y esto me ha de mover a ayudarles.

Hemos de reconocer que lo que responde Juan a la gran cuestión de “¿qué debemos hacer?”, si bien no resulta muy original, en absoluto carece de importancia. En verdad, si todo el mundo se abstuviera de hacer mal a los demás, y se esforzara en ayudar a los necesitados en la medida de sus posibilidades, cambiaría la faz de la tierra. ¿No será, pues, la justicia suficiente? Si en nuestro interior consideramos que, en lo fundamental, vivimos de acuerdo con esas exigencias, a la pregunta ¿qué tenemos que hacer?, podemos agregarle esta otra: y ¿qué más podemos hacer?, o, dicho de otra forma, ¿por qué tendríamos que hacer algo más? ¿Es que acaso esto no es suficiente? Conformarnos con el horizonte de la justicia como meta última de nuestra vida y de nuestra historia es lo que está implicado en la pregunta ulterior que las gentes se hacían respecto de Juan el Bautista: ¿No será éste el Mesías? Que Juan sea el Mesías significa que las estrictas exigencias de la ley y del deber son el contenido último de la salvación a la que aspira el corazón humano; o que son el precio que hay que pagar para obtener esa salvación como premio.

Bueno, no es poco; no está mal…, pero nos sabe a poco. ¿Dónde queda el espacio para la alegría? ¿Consiste la plenitud de felicidad, que el corazón humano anhela y que anima todas sus utopías, en una existencia funcionarial marcada por el frío deber? Estas preguntas no son meramente retóricas. Plantean una cuestión de gran actualidad que afecta a la vida de numerosos cristianos, o de personas que se creen justificadas por su propia justicia y no sienten la necesidad de dar un paso más para encontrarse con Cristo.

Son los que consideran que “ser buena persona” es suficiente. Como se suele decir, “yo no mato, no robo y pago mis impuestos”; es decir, no hago mal a nadie y el bien que pueda hacer, que lo haga el Estado, que para eso pago. A éstos Juan el Bautista les basta como Mesías, no tienen que esperar a otro. Por eso se abstienen de rezar, de celebrar la Eucaristía, de practicar su fe. La verdad es que no es poco. Pero se quedan cortos, no tanto en lo que tienen que hacer, sino en lo que podrían recibir; pues Juan habla precisamente de “otro”, y sus exhortaciones nos preparan para algo más grande, que no niega, pero que trasciende el ideal, algo taciturno, digámoslo todo, de la justicia y del deber estricto.

El tercer Domingo de Adviento, Domingo “Gaudete”, “¡regocijaos!”, es un momento de inflexión: concluye el ciclo de Juan y se abre uno nuevo, al que todavía no se le da nombre, pero que es el tiempo de María. Juan, el último de los profetas, prepara el camino, enseña a los hombres cómo han de disponerse para acoger al que ha de venir, cuáles son las condiciones mínimas. Pero, al mismo tiempo, cede el paso a otro, señalando la insuficiencia de su propia profecía: él no es el Mesías, éste superará todas las expectativas, nos dará, si lo acogemos, mucho más de lo que podemos pedir o merecer. La salvación no es el premio (la paga extra) que reciben los funcionarios del deber, es mucho más. Además del deber está la gracia; además de la justicia, el amor; más allá del estricto cumplimiento de nuestros deberes, está la alegría de la fiesta, el don gratuito que no se merece, pero que expresa la sobreabundacia del amor.

Las relaciones debidas de justicia, que expresan el mínimo de una existencia decente, pueden salvarnos del infierno en que con demasiada frecuencia se convierte la convivencia humana a causa del egoísmo, la prepotencia y la violencia; pero si nos quedamos en ellas sentimos, en primer lugar, que nuestra debilidad moral nos impide perseverar en ellas sin fisuras (¿quién podrá tirar la primera piedra?); si nos mantenemos en los estrictos límites de la justicia, se plantea sin remedio la cuestión de qué hacer con las casi inevitables contravenciones contra ella, que piden (en justicia) compensación y castigo; por fin, si, pese a todo, conseguimos con esfuerzo acercarnos a ese ideal de la justicia, descubrimos que podemos establecer así relaciones objetivas de conciudadanos, pero que nuestro corazón no se conforma con esto y aspira a una relación más cálida que la mera convivencia civil.

Dios nos ha dado en eso que antes se llamaba la “ley natural”, y que ahora se rebautiza con otros nombres (ética civil, laica, etc.; no discutamos sobre palabras), las exigencias mínimas de una existencia decente. Eso es “lo que tenemos que hacer”. Pero lo que se nos anuncia ahora es mucho más: no lo que tenemos que hacer nosotros, sino lo que Dios quiere hacer en nuestro favor. Quiere encontrarse con nosotros, mostrarnos su rostro humano y amable en Jesucristo, y, en Él, descubrirnos su rostro de Padre, reunirnos como a hijos, vincularnos con lazos de fraternidad, bendecirnos en su presencia, perdonar nuestras debilidades y maldades, llenarnos de alegría y regocijo.

“El que ha de venir” no lo hace para añadir nuevos preceptos a la ley, cargando nuestras espaldas con más fardos; su mensaje no es el de un legislador, sino el de uno que viene a traernos regalos inesperados e inmerecidos. Juan, saliendo ya de la escena, nos invita, sí, a perseverar en la justicia, pero también a abrirnos a un horizonte más grande, a la recepción de dones inmerecidos, de gracias que han de llenar nuestro corazón de gozo y alegría. La “Llena de gracia” ya está tomando el testigo.

Junto con el innegociable compromiso con la justicia, el gozo presentido por la esperanza, que esponja, ensancha y embellece a aquella, es el testimonio que los cristianos hemos de dar para que, por medio de él, nuestro mundo sepa que “el Señor está cerca”, que hay motivos para la alegría.

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Este comentario pertenece al Padre Robert Barron de la diócesis de Chicago Illinois (www.wordonfire.org) .



Comentario a las lectruras del 12/16/12

Introducción__Juan Bautista insiste que la preparación para la venida del Mesías, conlleva trasformación moral. Cuando llegue el Mesías, todos seremos juzgados, pero tan raro a como parezca, este juicio sera de buena nueva para todos.

Comentario.__La paz sea con uds. Amigos míos, hoy nos encontramos con el mensaje del profeta Sofonías, quien es uno de los llamados profetas menores, no porque sean de menos importancia, sino por la brevedad de sus escritos, Sofonías predicó y escribió su mensaje durante la época del rey Josías, o sea justamente antes de Jeremías y el exilio Babilónico. Durante esta época, Israel fue tentado a adorar a otros dioses, o sea a los dioses de la gente entre la cual vivían, específicamente hablamos de la adoración al Sol, la Luna y las estrellas; hubo un nuevo establecimiento de costumbres litúrgicas y practicas religiosas, completamente opuestas al monoteísmo establecido por Moisés.

Estas nuevas prácticas religiosas se llevaban a cabo especialmente en la ciudad de Jerusalén y en el Templo mismo, lo cual podríamos decir, es siempre un problema fundamental para los profetas de Israel, o sea convertir en dios, algo que no es Dios, convertir una creatura en lo mas importante para uno; y he aquí la razón por la preocupación de los profetas por la idolatría, pues siempre nos convertimos en lo que adoramos.

Podríamos decir que ese es un principio espiritual muy importante, pues siempre nos amoldamos (ajustamos) a lo que consideramos ser los valores mas altos, es por eso que decimos, que nos convertimos en lo que adoramos; la idolatría era un problema en esos tiempos, y también lo es ahora en nuestro tiempo. Si consideramos las riquezas, o el placer, o los honores, o el poder, como nuestros mas altos valores, entonces nos amoldamos a ellos.

Nos convertimos en hombres de dinero, y comenzamos a ajustarnos a esa idea, idolatramos ahora al señor Dinero, las riquezas nos poseen; o nos convertimos en adoradores de los placeres, nos convertimos en “playboys y playgirls”, esclavos del placer, sometidos a las exigencias de ese placer; o nos convertimos en adoradores del poder y nos convertimos en mercaderes del poder, el cual nos intoxica y nos esclaviza; o nos convertimos en personas populares, o famosas, porque la atención de nuestros “fans” nos seduce y encanta, ahora somos esclavos de la popularidad.

Qué es lo que tu adoras, que es lo que yo adoro? Esa es siempre la pregunta, pues bien, Sofonias como todos los otros profetas Hebreos, evoca la ira de Dios contra la corrupta ciudad de Jerusalén por el grado de idolatría que existe ahí;y escuchemos lo que dice: (Sof. 1:15) “¡Día de ira será aquel día, día de angustia y aflicción, día de ruina y desolación.” A los de mas edad les digo, recuerden aquel viejo himno que decía “dieas irae”, en Latín: “día de la ira” (tambien tremenda composición de Mozart,llamada "Dieas Irae), que está basado en estas líneas de Sofonías.

Por favor que este lenguaje no los confunda y los haga creer de que Dios es una clase de bruto irracional, no, pues lo oigo todo el tiempo, de la gente que lee en el Antiguo Testamento, pasajes como este, ellos piensan que Dios es cierta clase de padre disfuncional; a como siempre les digo, la ira de Dios, es un símbolo de la “pasión!” que tiene el Señor por poner todo en orden y con rectitud; es el deseo de Dios de eliminar todo lo que es corrupto, impuro, incorrecto, indecoroso, deshonesto e injusto.

Lo que oímos aquí, es que Sofonías está trayéndonos la palabra directamente de Dios, (Sof 1:3) “Arrasaré a los hombres y a las bestias, arrasaré a los pájaros del cielo y a los peces del mar; haré caer a los malvados.” De nuevo, no tome este lenguaje de forma literal, no lo emocionen, pues simplemente significa el deseo de Dios de purificar al mundo, de limpiarlo completamente.

Pero después, y lo cual se repite y es cierto con todos los profetas, después de la “limpieza”, viene la “restauración”, y es aquí, de donde viene la primera lectura del día de hoy; escuchen uds. “¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Aclama, Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén! El Señor ha retirado las sentencias que pesaban sobre ti y ha expulsado a tus enemigos. El Rey de Israel, el Señor, está en medio de ti.” Y he ahí el ritmo del que hablábamos antes, después de la purificación, viene la restauración de Dios.

Después de haber purificado la ciudad santa de todos los ídolos, viene ahora el Señor a tomar su morada; de nuevo les digo, que el propósito de Dios nunca es la venganza, no, su propósito es siempre la alegría, a Dios le parte el corazón saber que Sion no es un lugar de alegría, porque la gente se ha dedicado a participar en la idolatría, por eso dice “Yo vendré a limpiar/purificar esta ciudad.” aquí la Iglesia nos sugiere, el trasfondo que debemos de tener cuando leamos el Evangelio del día de hoy, lo cual concierne a la gran figura adventista de Juan el Bautista.

Noten primero cuando leemos hoy: “la gente llegaba en montones desde Jerusalén, a ver a Juan en el desierto.” o sea que han pasado como 600 años desde Sofonías, pero, la misma dinámica está vigente ahora, la gente va desde Jerusalen, lo cual es muy significativo (poderoso), pues Jerusalén es la ciudad santa, ahí es donde está el Templo, ahí es donde se hacen los sacrificios pues ahí están los sacerdotes, ahí es donde irías si quieres adorar a Yavéh, es por lo tanto poderoso ver que a gente religiosa, salir de la ciudad a ver a Juan en el desierto.

La gente se da cuenta (presciente) de que algo anda mal en la ciudad santa, se percatan de que algo anda muy mal en el Templo, se ha corrompido, la nación ha caído de nuevo en la idolatría, por eso es que la presencia de Juan en el desierto es de forma implícita, una condena al sistema. Llegan a Juan, ¿para qué?, para poder ser purificados, ser limpios de nuevo; esa es la razón de su lavado ceremonial, esa es la razón de su bautismo, ellos saben que la idolatría en su corazón y en la ciudad los ha llevado a la corrupción total de la nación; por eso es que llegan a Juan para ser bautizados y después le preguntan, ¿ qué debemos hacer?

Por favor amigos Cristianos escuchen bien, cuando le preguntan a Juan qué deben hacer, Juan les responde, que deben actuar y hacer el trabajo de la justicia:«El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.» Después llegan los recaudadores del impuesto y le preguntan, ¿ qué debemos hacer? “Recauden sólo lo que es requerido por la ley”, pues ellos colectaban de mas, para quedarse con el resto, después los soldados le preguntaron, ¿ qué debemos hacer?, y él les respondió, no practiquen la extorsión, y acusaciones falsas, pues a como casi siempre los soldados (ahora la policía en lo países Latinos principalmente) reciben bajos salarios, por lo tanto ellos a veces se portan como “bullies” y extorsionan al pueblo.

Juan le dice a toda la gente que se comporten justamente, y he aquí lo que quiero que vean, nos volvemos lo que adoramos o mejor dicho, idolatramos, pero si adoramos al único y verdadero Dios, quien es, la justicia misma, quien es rectitud absoluta, entonces uds, se amoldaran a la justicia y a la rectitud; por eso es que la justicia y la rectitud fluyen de la adoración correcta, he ahí porqué la gente sale de la ciudad llena de corrupción hacia donde Juan en el desierto, quien les dice que deben adorar al verdadero Dios, y que ademas les ofrece limpieza; por lo tanto, de la adoración verdadera, fluirá la justicia.

Quizás esa sea la razón, de que esta lectura nos presenta hoy con una pregunta muy buena, ¿cómo estamos actuando, con respecto a la justicia? Cómo actuamos con respecto al pobre y el destituido? Damos de comer al hambriento, vestimos al desnudo, estamos llevando a cabo todos los trabajos de la misericordia? Cómo utilizamos nuestras capacidades y ventaja económica? Esto es un buen test, para saber si estamos adorando a Dios, o a uno de estos ídolos.

Dirán uds, muy bien! Hasta aquí todo es mas bien ordinario, pues Juan está hablando en la misma linea y tradición de todos los profetas, como Jeremías, Sofonías, y todos los demás; sí! Es cierto, pues Juan es el último de todos los grandes profetas, pero, después viene esta siguiente línea que te dejará sin aliento, “Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego.” Juan los bautiza con agua, tratando de purificarlos de la idolatría, seguidamente les sugiere de que hagan el trabajo de la justicia, lo cual brota de la adoración a Dios, pero ahora nos dice que uno más grande que él viene, y él los bautizará de una forma mas poderosa, ¿con qué? Con el Espíritu Santo.

¿Y qué es el Espíritu Santo, quién es el Espíritu Santo? Amigos, el Espíritu Santo es el amor que conecta al Padre y al Hijo, el amor con el cual el Padre ama al Hijo y el Hijo ama al Padre, el Espíritu Santo es el amor que es Dios; vean que tan poderoso es esto, sí! Dios es Justicia, y si amas a Dios y adoras a Dios amaras la justicia. Lo que insinúa Juan es que Dios es, ademas de Justicia, Dios es amor, por lo tanto, cuando adoras al único y verdadero Dios, te amoldas no sólo a la justicia, sino también al amor.

Amor es desear sólo lo mejor para la persona amada, va mas allá de la justicia, tan buena a como es la justicia, y tan necesaria que es, pero el amor la trasciende a lo máximo, no sólo se trata de ser justo, equitativo, correcto y bueno con los demás, sino ademas, desear el bien para ellos; pasar a ajustarse al ideal de Dios, por eso es que Juan lo llama “fuego”, pues a como saben cuando el fuego lo engolfa todo, todo se convierte en fuego (si no, observen un incedio y veran que todo se vuelve llamas de fuego).

El los bautiza (purifica, limpia) con agua, pero ahora viene Cristo, como el portador del Espíritu Santo, por lo tanto los prenderá con el fuego, el cual es Dios; vemos aquí el significado correcto de la adoración (correcta) al único Dios, de ahí que Juan diga: “Tiene en su mano la horquilla para limpiar su era y recoger el trigo en su granero.”

El que viene, separará en nosotros, removerá de nosotros todo aquello que se opone al Amor, y seremos como la imagen reflejada en un espejo del Espíritu Santo; “limpiará su era y recogerá el trigo en su granero” o sea que Cristo separará todo lo que es bueno en nosotros, de todo lo malo que llevamos dentro, amoldándonos al Padre, por medio de la adoración justa única y verdadera, por eso se dice: que nos bautizará con el Espíritu Santo y con el fuego. He aquí un mensaje que nos prepara para la venida del Mesías, hasta aquí por hoy, y que Dios los bendiga.

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Readings for Sunday 12/16/12

First Sunday of Advent
Reading 1 (Zep.3:14)

Shout for joy, O daughter Zion! Sing joyfully, O Israel! Be glad and exult with all your heart, O daughter Jerusalem! The LORD has removed the judgment against you he has turned away your enemies; the King of Israel, the LORD, is in your midst, you have no further misfortune to fear. On that day, it shall be said to Jerusalem: Fear not, O Zion, be not discouraged! The LORD, your God, is in your midst, a mighty savior; he will rejoice over you with gladness, and renew you in his love, he will sing joyfully because of you, as one sings at festivals.

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Responsorial Psalm (Is.12:2)

R. Cry out with joy and gladness: for among you is the great and Holy One of Israel.

God indeed is my savior;
I am confident and unafraid.
My strength and my courage is the LORD,
and he has been my savior.
With joy you will draw water
at the fountain of salvation. R.


Give thanks to the LORD, acclaim his name;
among the nations make known his deeds,
proclaim how exalted is his name. R.


Sing praise to the LORD for his glorious achievement;
let this be known throughout all the earth.
Shout with exultation, O city of Zion,
for great in your midst
is the Holy One of Israel! R.


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Reading 2 (Phil.4:4)

Brothers and sisters: Rejoice in the Lord always. I shall say it again: rejoice! Your kindness should be known to all. The Lord is near. Have no anxiety at all, but in everything, by prayer and petition, with thanksgiving, make your requests known to God. Then the peace of God that surpasses all understanding will guard your hearts and minds in Christ Jesus.

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Gospel (Luke 3:10)

The crowds asked John the Baptist,
"What should we do?"
He said to them in reply,
"Whoever has two cloaks
should share with the person who has none.
And whoever has food should do likewise."
Even tax collectors came to be baptized and they said to him,
"Teacher, what should we do?"
He answered them,
"Stop collecting more than what is prescribed."
Soldiers also asked him,
"And what is it that we should do?"
He told them,
"Do not practice extortion,
do not falsely accuse anyone,
and be satisfied with your wages."

Now the people were filled with expectation,
and all were asking in their hearts
whether John might be the Christ.
John answered them all, saying,
"I am baptizing you with water,
but one mightier than I is coming.
I am not worthy to loosen the thongs of his sandals.
He will baptize you with the Holy Spirit and fire.
His winnowing fan is in his hand to clear his threshing floor
and to gather the wheat into his barn,
but the chaff he will burn with unquenchable fire."
Exhorting them in many other ways,
he preached good news to the people."

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