Sin Confession and Repentance (part 4)
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Contigo voy Virgen pura y en tu poder voy confiado, pues yendo de ti amparado, mi alma estará segura.
Dulce Madre no te alejes, tu vista de mí no apartes, ven conmigo a todas partes y
solo nunca me dejes. Ya que me proteges tanto, como verdadera Madre, ruega para que me bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amen.Lecturas del Domingo 01/20/13
Comentario a las lecturas del Domingo 01/20/13 del hermano José María Vegas, cmf
Comentario del Padre Barron a la lectura del 01/20/13.
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Este blog es dedicado a mi Señor y mi Dios; mi Salvador y Redentor; mi Hermano Mayor y Amigo que nunca falla; mi Maestro y Rey: Yeshua Hammashiach = Jesús el Mesías.
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Hablaremos ahora de la "confesión", supongamos, de que hemos cometido pecado, ¿cuál seria el siguiente paso? O es que, ¿estamos condenados para siempre? NO! Antes de continuar, recordemos que todas las profecías concernientes a la venida del Mesías, se cumplieron hasta la venida de Cristo a la Tierra; si leemos La Escritura cuidadosamente y bajo la inspiración del Espíritu Santo (bajo la guiá de la Iglesia), nos damos cuenta de que todo lo relacionado a la “salvación” del hombre, no se cumplió sino hasta que Cristo se hizo hombre y vivió entre nosotros; ¿qué es lo que estoy diciendo?
Lo que estoy diciendo aquí, es que la Nueva Alianza no se cumple, sino hasta que
Una de las condiciones o, estipulaciones de la Nueva Alianza es: (Jeremías 31:34) Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, diciendo: Conoced a Yavé, pues todos ellos me conocerán del más chico al más grande oráculo de Yavé cuando perdone su culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme. La verdadera realeza (como pertenecientes al Reino de Dios) significa conocer al Señor, o hacer justicia al pobre y al débil, ademas de eso, una de las promesas de la Nueva Alianza es que el Señor perdonará nuestros pecados, pero recordemos que esta Nueva Alianza no entra en efecto sino hasta que Cristo lo determine, a como lo hizo en la Ultima Cena (o sea la primer Misa celebrada en la historia de la humanidad).
Si leemos el Evangelio de San Lucas, se nos dice: (Lucas 22:19) Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: “Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío. De igual modo, después de cenar, la copa, diciendo: Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros.” Podemos ver aquí claramente que la Nueva Alianza fue puesta en efecto, hasta este momento, con el anuncio del Señor a sus apóstoles, la ratificasión de ella sin embargo no sucederá hasta el momento de la crucifixión del Señor, y por favor quédense aquí conmigo, que un poco más adelante comprenderán hacia donde voy con toda esta explicación.
¿Nos podemos confesar directamente con Dios?
Seguramente uds. han oído a miembros de denominaciones Protestantes decir, que ellos confiesan sus pecados, directamente a Dios, pero, si les preguntaran a ellos, “ ¿donde dice en la Biblia” (utilizando aquí una frase muy Protestante) que te puedes confesar directamente con Dios, sin la intervención de un sacerdote? Ellos no les podrán responder, porque simplemente “no está en la Biblia” (de nuevo estoy prestando aquí otra famosa frase Protestante). Sí! Podemos encontrar casos en donde se dice que “fulano de tal” se “arrepintió” de su pecado, pero, arrepentimiento no es lo mismo que confesión, a como uds. perfectamente bien los saben.
Si nos vamos al libro de Levíticos, podemos ver que cuando una persona comete pecado ( peca) a como está descrito en ese libro, él/ella debe no sólo confesar su pecado, sino también que debe pagar reparación por ello; (Levíticos 5:5) El que es culpable en uno de estos casos confesará aquello en que ha pecado, y como sacrificio de reparación por el pecado cometido, llevará a Yavé una hembra de ganado menor, oveja o cabra, como sacrificio por el pecado. Y el sacerdote hará por él expiación de su pecado. Pueden leer todo el capitulo 4 de Levíticos en donde también se describe el mismo procedimiento para todos los pecados cometidos contra Dios (falta a sus mandamientos).
Seguramente han notado en el versículo anterior, que están contenidos ahí los tres elementos importantes para la reconciliación con Dios: confesión, reparación (muchas veces, restitución también era necesaria para compensar cualquier daño hecho contra otra persona, véase _Números 5:7) y la importante e indispensable participación del “sacerdote”. ¿Porqué me fui hasta el libro de Levíticos? Porque ahí es donde están todas las prohibiciones y deberes, para el pueblo de Dios, ademas de los Mandamientos, aquí es donde se describen, prescriben y definen las leyes y mandamientos, obligaciones y estatutos por los cuales se regirá el pueblo de Dios.
Cuando leemos la Biblia o cualquier otro libro, debemos de estar atentos a palabras que tienen varios significados, prestando atención al contexto en que ellas se encuentran; la razón por la que menciono eso aquí, es porque la palabra confesión, no solo quiere decir que revelaremos nuestros pecados al sacerdote, sino que también puede significar que declaro algo, porque yo así lo creo, por ejemplo (Romanos 10:9) Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo. (Filipenses 2:11) Y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para gloria de Dios Padre.
Los tipos de confesiones anteriores no requieren de la participación de un sacerdote, y esas son las únicas confesiones, que puedes hacer por tu mismo, pero, si quieres ponerte en la gracia de Dios, o restaurar tu estado de salvación porque has cometido pecado, necesitaras de confesar tus pecados a un sacerdote, casi a cómo nos lo dice el libro de Levíticos; ya sé! Algunos de uds. estarán pensando: y que pasa con David? Pues sí! Que pasa con David? Vámonos al pasaje en el que están pensando y veamos que es lo que pasa con David.
(2 Samuel 12:1) Envió Yavé a Natán donde David, y llegando a él le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno era rico y el otro era pobre. El rico tenía ovejas y bueyes en gran abundancia; el pobre no tenía más que una corderilla, sólo una, peque?a, que había comprado. El la alimentaba y ella iba creciendo con él y sus hijos, comiendo su pan, bebiendo en su copa, durmiendo en su seno igual que una hija. Vino un visitante donde el hombre rico, y dándole pena tomar su ganado lanar y vacuno para dar de comer a aquel hombre llegado a su casa, tomó la ovejita del pobre, y dio de comer al viajero llegado a su casa.
David se encendió en gran cólera contra aquel hombre y dijo a Natán: Vive Yavé! que merece la muerte el hombre que tal hizo. Pagará cuatro veces la oveja por haber hecho semejante cosa y por no haber tenido compasión. Entonces Natán dijo a David: Tú eres ese hombre.
Así dice Yavé Dios de Israel: Yo te he ungido rey de Israel y te he librado de las manos de Saúl. Te he dado la casa de tu señor y he puesto en tu seno las mujeres de tu señor; te he dado la casa de Israel y de Judá; y si es poco, te daría todavía otras cosas.
¿Por qué has menospreciado a Yavé haciendo lo malo a sus ojos, matando a espada a Urías el hitita, tomando a su mujer por mujer tuya y matándole por la espada de los ammonitas? Pues bien, nunca se apartará la espada de tu casa, ya que me has despreciado y has tomado la mujer de Urías el hitita para mujer tuya. Así habla Yavé: Haré que de tu propia casa se alce el mal contra ti. Tomaré tus mujeres ante tus ojos y se las daré a otro que se acostará con tus mujeres a la luz de este sol. Pues tú has obrado en lo oculto, pero yo cumpliré esta palabra ante todo Israel y a la luz del sol. David dijo a Natán: He pecado contra Yavé (confesión). Respondió Natán a David: También Yavé perdona tu pecado; no morirás. (el representante de Dios, da la absolución.)
Pues bien, he aquí el caso de David, de nuevo pueden ver cómo el pecador confiesa su pecado, ante el representante de Dios (Natán), quien dicta la pena apropiada para la ofensa cometida, pero, debemos de asumir de que David, como todo buen Hebreo, tuvo también que ofrecer un sacrificio a Dios a como lo describe la ley (que vimos antes, en Levíticos), aunque eso no se menciona en la historia aquí contada, es de suponer que los Judíos sabían muy bien cómo cumplir con los procedimientos requeridos por su religión. David después de este incidente, se dice que escribió el "Salmo 51", también conocido como: “Miserére mei, Deus.” Otra cosa muy importante de resaltar, es el hecho de que si hubiese alguien que se pudiera confesar directamente con Dios, ése quizás seria David, hombre muy amado por Dios, pero no fue así.
¿Se puede ir al cielo sin haberse bautizado?
Hay quienes creen que el bautismo no es absolutamente necesario para ir al cielo, estas personas citan el caso del buen ladrón, quien fue llevado al cielo por nuestro Señor, cuando los dos estaban crucificados el uno junto al otro.
Pues bien, veamos si esas personas tienen la razón, primero, recuerden que el señor Jesús nos dijo que para que una persona vaya al cielo, tiene primero que renacer del Espíritu, lo cual se logra por medio del bautismo, y para que quedemos todos claros, vayamos a: (Juan 3:2) Fue éste donde Jesús de noche y le dijo: Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él.
Jesús le respondió: En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios. Dícele Nicodemo: ¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer? Respondió Jesús: En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y del Espíritu (bautismo) no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto.
Mantengamos siempre en mente, que en la palabra de Dios no puede haber contradicción, entonces, ¿cómo explicamos que el buen ladrón fue llevado al Paraíso sin haberse bautizado, ¿o sí, lo fue? Recordemos que la Iglesia Católica reconoce tres clases de bautismos, primero, el bautismo normal por medio del agua (sumersión o derrame del agua), segundo, bautismo de sangre; el cual es el bautismo de gente que aun no ha recibido el bautismo por agua, pero, que mueren mártires por su amor y fe en Jesucristo; tercero, el bautismo de deseo, que es para la gente que ha deseado implícita o, explícitamente ser bautizados en al Iglesia Católica, pero, que por cualquier razón mueren antes de ser bautizados por el agua.
Otro dato que hay que tomar en cuenta aquí, es el hecho que cualquier persona bautizada en la Iglesia Católica, ademas de un sacerdote, pueden bautizar en caso de emergencia, a otra persona que necesite ser bautizada; por supuesto que se debe utilizar agua pura y recitar la fórmula: “Yo te bautizo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.” ( a como nos lo recomendó el Señor). Pero, Jesús es el Sumo Sacerdote de la Iglesia Católica (además es Dios), y si él te dice que hoy tu vas para el Paraíso, pues debes de creerlo, porque tu vas derecho al Paraíso.
Pongamos atención ahora al bautismo de sangre, si leemos el evangelio de (Marcos 10:35), se nos dice: Se acercan a él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos. El les dijo: ¿Qué queréis que os conceda? Ellos le respondieron: Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís.
¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado? Ellos le dijeron: Sí, podemos. Jesús les dijo: La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo conque yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado.
Pasemos ahora a (Lucas 12:49) He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. El Señor nos está hablando en los dos pasajes anteriores, de la cruz, la crucifixión es el bautismo que le causa angustia al redentor; por eso es que, les pregunta a Santiago y Juan, de que si son capaces de recibir el bautismo por el cual él, tendrá que pasar, y si en verdad son capaces de eso pues, ellos tendrán un buen lugar en el cielo.
Si uds. recuerdan, cuando el buen ladrón estaba también en la cruz a la par de Jesús, él se confesó delante de Jesús, quien es a como todos muy bien sabemos, el Sumo Sacerdote de la Iglesia Católica, ademas mostró gran fe en la divinidad de Jesús, y creyó de todo corazón que Jesús era el Hijo de Dios, a como lo podemos leer en: (Lucas 23:39) Uno de los malhechores colgados le insultaba: ¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!
Pero el otro (el buen ladrón, llamado por la tradición, Dimas) le respondió diciendo: ¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos (confesión) ; en cambio, éste nada malo ha hecho. Y le dijo: Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino. Jesús le dijo: Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.
(Juan 19:33) Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas,sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: "No le quebrarán ninguno de sus huesos". Y otro pasaje de la Escritura, dice: "Verán al que ellos mismos traspasaron".
Recuerden que el Señor les dijo a Santiago y Juan (Marcos 10:35), que el seria bautizado con un bautismo que le causaba gran angustia, y ese bautismo y la copa de que hablaba el Señor, fue la terrible, sangrienta y penosa muerte que tuvo que sufrir en la cruz. Los dos ladrones al lado de Jesús pasaron también por este “bautismo de sangre”, pero, el ladrón malo, no quiso aceptar a Jesús como su salvador, casi, como una réplica exacta de la actitud de Judas, en cambio Dimas, humildemente acepta a Jesús como rey, aún es esta posición sin esperanza en que se encontraba.
Muchos de nosotros cuando somos abatidos por una desgracia o estamos pasando por una dura prueba en nuestra vida, nos enojamos contra Dios, y levantamos enardecidos el puño contra el Señor; hasta hoy, el que exista dolor y sufrimiento en el mundo es uno de los misterios mas grandes, pero, confiemos en nuestro Padre Celestial, pues él si sabe porqué nos suceden todas las cosas desagradables que nos agobian, y él sabrá transformarlas en algo bueno y beneficioso.
La Virgen María pasó también una dura prueba por la pasión y muerte del Señor, se cumplió lo dicho por el profeta Simeon, de que una espada de dolor atravesaría su corazón, sin embargo, el corazón puro de María, tuvo fe en contra de toda fe, y en ningún momento dudó de que la crucifixión de Jesús no era el final de todo, siempre quizás, esperó la manifestación gloriosa del poder de Dios, y creyó firmemente de que todo aquel dolor se tornaría en alegría y gozo grandioso, a como fue, la resurrección gloriosa de su hijo, el Cristo. ¡Aleluya!
Le doy gracias al buen ladrón (San Dimas) por la gran lección que me ha dado, él confió en Jesús de verdad con todo el corazón, y Dios no lo defraudó, mas bien lo recibió con honores en el cielo. Si uds. leen con atención los pasajes anteriores, no podemos dudar de que Dimas fue bautizado en la cruz, y que sus pecados fueron perdonados, pues está escrito que hizo una confesión delante del Sumo Sacerdote de la Iglesia; esta es razón suficiente para que nosotros nos sintamos dichosos y bendecidos, por el hecho de que no tenemos que pasar por grandes penas y dolores, para que nuestros pecados sean perdonados, porque nuestro Señor ya ha pagado el precio de nuestro perdón y salvación.
Todo lo que tenemos que hacer, es ir al confesionario y el sacerdote que actúa “in persona Christi” nos dará la absolución que tanto necesitamos, ademas, no tenemos que ofrecer ningún animal como sacrificio, pues nuestro Señor, quien es “El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, ya pagó el precio por nuestra expiación. Por favor lean el Catecismo de La Iglesia Católica (CIC), sección 1425, la cual da una extensa explicación del Sacramento de la Reconciliación, eso los preparará para el próximo articulo de esta serie (Parte 5) y que Dios los bendiga grandemente.
Continuará....
Que Dios Padre, el Hijo y el Espíritu santo los bendiga, y que los santos Ángeles los protejan durante el día y cuando duermen.
Que la Santa Virgen María, los Santos del Cielo y los Ángeles rueguen a Dios por nosotros, Amen!
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"English Section"
Readings for Sunday 01/20/13
Listen to Fr. Barron's commentary for Sunday 01/20/13
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This time will talk about the Sacrament of Confession, let's supposed that we have sinned, what do we do next? Are we doomed to a condition of damnation for ever? NO! Before we continue, let's remember that all the prophecies, in regard to the coming of the Messiah, were fulfilled until the first coming of Christ Our Lord and Savior; if we read the holly Scripture carefully and under the inspiration of the Holy Spirit (under the guidance of the Church), we'll realize that everything in relation to the “salvation” of man, was not accomplished until Christ became man and lived among us; what am I saying?
What I'm saying is, that the new Covenant was not fulfilled, until Jesus, put it into effect, through the establishment of his Church, his death and resurrection; if you have already forgotten or do not know what is the New Covenant, please read the article on the list on the right hand side titled “La Nueva Alianza”, so, you could get the most out of the present discussion.
We read, that one of the conditions or stipulations of the New Covenant is: (Jeremiah 31: 34) They will no longer teach their friends and relatives, “Know the LORD!” Everyone, from least to greatest, shall know me—oracle of the LORD—for I will forgive their iniquity and no longer remember their
If we look into the Gospel according to Luke, we read: (Luke 22:19) Then he took the bread, said the blessing, broke it, and gave it to them, saying, “This is my body, which will be given for you; do this in memory of me.” (20) And likewise the cup after they had eaten, saying, “This cup is the new covenant in my blood, which will be shed for you.” We can see clearly here, that the “new covenant” was put into effect, till this moment when Jesus announces it, to his apostles, the ratification of that “new covenant” becomes effective with the crucifixion of the Lord, and please stay with me, that in just a moment you'll have a better understanding of where I am going with all this explanation.
I'm sure you have heard people, or members of some Christian denomination say, that they confess their sins directly to God, but, if you ask them, “where in the Bible” (borrowing a “Christian” phrase) does it say that you can confess your sins directly to God without the intervention of a priest? They won't have an answer, because “it is not in the Bible” (again another famous “Christian” phrase), yes! we could find many cases in which it says that, so and so, “repented” from his/ her sin, but, repentance is not the same as “confession”.
If we go to the book of Leviticus, we'll find that when a person commits a sin as described in the book of Leviticus he/she should not only confess his/her sin, but, also must pay reparation for it; (Leviticus 5:5) when someone is guilty in regard to any of these matters, that person shall confess the wrong committed,(confession) (6) and make reparation to the LORD for the wrong committed: a female animal from the flock, a ewe lamb or a she-goat, as a purification offering. Thus the priest shall make atonement on the individual’s behalf for the wrong.(read also, Leviticus chapter 4 where confession for all sins is described)
If you noticed, in this verse we can find the three important elements for a reconciliation with God: confession, reparation (many times restitution was also needed, in other words, to repay for the damage done, see _Numbers 5:7) and the important and indispensable participation and roll of “the priest”. Why did I go all the way to Leviticus? Because there, is where the people of God, were given all the prohibitions and obligations, besides the Commandments, here is where the laws and rules are described, prescribed and defined, for the rest of the Bible.
When we read the Bible or any other book, we should be aware that, the same word could mean different things, and because of that, we should pay attention to the context in which that multi-meaning word is being used; and the reason I mention it here is because “to confess” something, not always means to reveal our sins by declaring them publicly , or better yet, to a minister of God; to confess something could mean that I declare something, because I believe it, for example: (Romans 10:9) That if you confess with your mouth, "Jesus is Lord," and believe in your heart that God raised him from the dead, you will be saved. (Philippians 2:11) and every tongue confess that Jesus Christ is Lord, to the glory of God the Father.
The previous type of “confessions” do not required the participation of a priest, and those are the only type of “confessions,” that you do on your own, but, if you want to get right with God, or back into grace, you will need the participation of a priest, as prescribed in the book of Leviticus; I know, some of you might be thinking, and what about David? Yes! What about David? Let's go to that passage you are thinking about and see what happened with David.
(2 Samuel 12:1) The LORD sent Nathan to David, and when he came to him, he said: “Tell me how you judge this case: In a certain town there were two men, one rich, the other poor The rich man had flocks and herds in great numbers. But the poor man had nothing at all except one little ewe lamb that he had bought. He nourished her, and she grew up with him and his children. Of what little he had she ate; from his own cup she drank; in his bosom she slept; she was like a daughter to him. Now, a visitor came to the rich man, but he spared his own flocks and herds to prepare a meal for the traveler who had come to him: he took the poor man’s ewe lamb and prepared it for the one who had come to him.”
David grew very angry with that man and said to Nathan: “As the LORD lives, the man who has done this deserves death! He shall make fourfold restitution for the lamb because he has done this and was unsparing.” Nathan said to David: “You are the man!
Nathan’s Indictment. “Thus says the LORD God of Israel: I anointed you king over Israel. I delivered you from the hand of Saul. I gave you your lord’s house and your lord’s wives for your own. I gave you the house of Israel and of Judah. And if this were not enough, I could count up for you still more. Why have you despised the LORD and done what is evil in his sight? You have cut down Uriah the Hittite with the sword; his wife you took as your own, and him you killed with the sword of the Ammonites. Now, therefore, the sword shall never depart from your house, because you have despised me and have taken the wife of Uriah the Hittite to be your wife.
Thus says the LORD: I will bring evil upon you out of your own house. I will take your wives before your very eyes, and will give them to your neighbor: he shall lie with your wives in broad daylight. You have acted in secret, but I will do this in the presence of all Israel, in the presence of the sun itself.” Then David said to Nathan, “I have sinned against the LORD (confession).” Nathan answered David: “For his part, the LORD has removed your sin. You shall not die. Two things need to be said here, first, if there was someone that could confess his sins directly to God, that could've been David, since God loved him so much; but, that was not the case, and second, it is said that after this incident, David wrote the "Psalm 51", "Miserere Mei Deus"
Ok, here you have it, again the sinner confesses his sin to God's representative (Nathan), who dictates the penalty for the wrongdoing committed, but, you have to assume that David as a good Hebrew, had to offer the proper sacrifice for his sin to God, even though that is not mentioned in the story, the Jews knew exactly what was the proper procedures to follow according to their religion.
Could someone go to heaven without been baptized?
Some people also believe that baptism is not necessary to go to heaven, they cite the story of the good thief, who was taken into paradise by the Lord, and whose sins were forgiven while dying on the cross next to Jesus. Well, let's see if they're right about this, first of all Jesus told us that in order to get to heaven, a man must be born again in the spirit, which is accomplished by the sacrament of “baptism”, or better yet, let's look at that passage in (John 3:3) Now there was a Pharisee named Nicodemus, a ruler of the Jews. He came to Jesus at night and said to him, “Rabbi, we know that you are a teacher who has come from God, for no one can do these signs that you are doing unless God is with him.”
Jesus answered and said to him, “Amen, amen, I say to you, no one can see the kingdom of God without being born from above.” Nicodemus said to him, “How can a person once grown old be born again? Surely he cannot reenter his mother’s womb and be born again, can he?” Jesus answered, “Amen, amen, I say to you, no one can enter the kingdom of God without being born of water and Spirit (baptism). What is born of flesh is flesh and what is born of spirit is spirit. Do not be amazed that I told you, ‘You must be born from above.’
Keep in mind that in the word of God there could be no contradiction, so how do we explain the fact that the good thieve was taken into Paradise and yet he was not baptized, or was he? Let's remember that in the Catholic Church we recognize three types of baptisms, first baptism by water (by immersion or sprinkling of water), second, baptism by blood, that is the baptism of the people who have not yet received the baptism of water, but, that died or are martyrs because of their faith in Jesus Christ; thirdly baptism of desire, that is the baptism of people who have desired implicitly of explicitly to be baptized into the Catholic Church, but, who died before receiving the baptism of water.
Now, another thing to consider here, is the fact that a baptized person or a priest, could baptize a person in case of an emergency, of course we know, that now the rubrics for baptism include besides the water, the phrase: “I baptize you, in the name of the Father, the Son and the Holy Spirit” (as commanded by Our Lord), but, Jesus is the Great High Priest, and if he tells you that you are going to be in Paradise with him, today, then, you better believe it is true.
Let's pay close attention to baptism by blood, if we read the Gospel of (Mark 10:35) we find the following: Then James and John, the sons of Zebedee, came to him and said to him, “Teacher, we want you to do for us whatever we ask of you.” He replied, “What do you wish [me] to do for you?” They answered him, “Grant that in your glory we may sit one at your right and the other at your left.” Jesus said to them, “You do not know what you are asking. Can you drink the cup that I drink or be baptized with the baptism with which I am baptized?” They said to him, “We can.” Jesus said to them, “The cup that I drink, you will drink, and with the baptism with which I am baptized, you will be baptized”.
Now let's look at (Luke 12:50) “I have come to set the earth on fire, and how I wish it were already blazing! There is a baptism with which I must be baptized, and how great is my anguish until it is accomplished! Do you think that I have come to establish peace on the earth? No, I tell you, but rather division. From now on a household of five will be divided, three against two and two against three; father will be divided against his son and a son against his father, a mother against her daughter and a daughter against her mother, a mother-in-law against her daughter-in-law and a daughter-in-law against her mother-in-law.”
Our Lord is speaking in these two passages, of the Cross, that is the baptism, that causes anguish to our Savior, that's why he asked his two apostles James and John, that if they could go through that baptism that he would have to go, then they could be considered his apostles; and as you well remember when the good thief was on the Cross next to Jesus, “confessed” his sins in front of the “Great High Priest” of the Church, and had absolute faith that Jesus was the Son of God, as we can see in the following passage.
(Luke 23:39) Now one of the criminals hanging there reviled Jesus, saying, “Are you not the Messiah? Save yourself and us.” The other (the good thieve, also know as Dismas), however, rebuking him, said in reply, “Have you no fear of God, for you are subject to the same condemnation? And indeed, we have been condemned justly, for the sentence we received corresponds to our crimes (confession), but this man has done nothing criminal.” Then he said, “Jesus, remember me when you come into your kingdom (believed that Jesus was the Messiah).” He replied to him, “Amen, I say to you, today you will be with me in Paradise.”
Now, if you remember the movie “The Passion of the Christ”, and if you have read a little bit of the Bible, you'll know that out of the pierced side of Our Lord, flowed Blood and Water, that baptized and blessed all the believers, and caused the Roman Centurion to say: (Mark 15:39) “Truly this man was the Son of God!” And (John 19:33) But when they came to Jesus and saw that he was already dead, they did not break his legs, but one soldier thrust his lance into his side, and immediately blood and water flowed out. An eyewitness has testified, and his testimony is true; he knows that he is speaking the truth, so that you also may [come to] believe. For this happened so that the scripture passage might be fulfilled: “Not a bone of it will be broken.” And again another passage says: They will look upon him whom they have pierced.”
Let's not forget that Our Lord told James and John (Mark 10:35), that he would have to be baptized with a baptism that caused him great anguish, that baptism and the chalice of which he was talking about, was the terrible, bloody and infinitely painful death that he had to suffer on the cross. The two thieves next to Our Lord on the cross, had to go through the same “baptism by blood” as the Redeemer, but, the bad thieve, refused to accept Jesus as his savior, almost an identical attitude as the one of Judas, Dismas on the other hand, humbly accepted Jesus as his king, even in the hopeless situation in which he found himself at that moment.
Many of us, when going through a tragedy or trials in our lives, tend to get mad at God, we lift our fist to the Lord in sign of anger and disrespect; but we should accept the fact that till today, nobody knows why there is pain and suffering in the world, all we know, is that it is a great mystery, and only God knows the real purpose of it, and we should trust that, he will know how to turn all that pain and suffering into something good and beneficial for his children.
The holy Virgin Mary went through a very painful trial, because of the passion and crucifixion of the Lord; the prophecy of Simeon was fulfilled : “a dagger will pierce your heart”; never the less, Mary had faith against all faith, and never even for a moment doubt that the crucifixion of Jesus was not the end of all, she had absolute faith that the mighty power of God would be manifested, and knew that her sorrow will turn into great joy, as it was the resurrection of her son the Christ. Hallelujah!
I thank the good thieve (St. Dismas) for the great lesson he has given me, he trusted in the Lord beyond all faith, and God did not frustrated him and was taken into heaven with great honor.
If you have read the previous passages carefully, then I don't need to explain to you, why we believe that the Good Thieve was baptized on the Cross, and why his sins were forgiven (after his confession in front the Great High Priest); and why you and I should be thankful for the Sacrament of Confession, by which, we don't have to go through great pain and agony to have our sins forgiven, but, because Our Lord has paid the price for us. Now, all we have to do, is to go to confession, and have the Priest who acts “in persona Christi” to give us absolution for all our transgressions, besides that, we don't have to sacrifice any animal any more, because Christ is, the Lamb of God who takes away the sin of the world.
Please read in the Catechism of The Catholic Church (CCC), section 1425, which goes into great detail about the Sacrament of Reconciliation, and will prepare you for the next article (Part 5) of this series, may God abundantly bless you.
Will continue...
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Lecturas del Domingo 01/20/13, 2do Domingo Tiempor Ordinario, Ciclo "C"
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Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (62,1-5):
Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo.
Palabra de Dios
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Salmo
Sal 95,1-2a.2b-3.7-8a.9-10a.c
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones. .
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre.R/.
Proclamad día tras día su victoria,
contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.R/.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor.R/
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente.»R/.
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Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,4-11):
Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le han concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas. El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como a él le parece.
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Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (2,1-11):
En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «No les queda vino.» Jesús le contestó: «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.» Su madre dijo a los sirvientes: «Haced lo que él diga.» Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó: «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.» Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.» Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.
Palabra del Señor
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Comentario del Domingo 01/20/13
Comentario del Hermano José María Vegas, cmf
(propiedad de www.Ciudad Redonda.org)
Lo mejor está al final
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Comenzamos ya la segunda semana del tiempo litúrgico ordinario, pero seguimos percibiendo los ecos de las pasadas fiestas navideñas y, concretamente, los de su culminación en la Epifanía. De hecho, tradicionalmente la liturgia ha visto la manifestación de Jesús en los tres momentos que se han sucedido desde el 6 de enero hasta este domingo segundo: la adoración de los Magos de Oriente, el Bautismo de Jesús y la Boda en Caná de Galilea.
El Evangelio de Juan sitúa la aparición pública de Jesús en el contexto de una boda, a la que estaba invitado Él con sus discípulos, y, al parecer de manera independiente, su madre, María. De este modo, Juan retoma una imagen central del Antiguo Testamento para expresar la relación de Dios con su pueblo Israel: la del amor esponsal. El amor entre el marido y su esposa expresa el máximo grado de unión, intimidad y compromiso entre dos seres humanos.
Pero en esta relación, Dios experimenta continuamente las infidelidades de su pueblo, que muchos textos del A.T. reflejan en términos de infidelidad matrimonial. Está de triste actualidad, por noticias que saltan con frecuencia a los medios de comunicación, los durísimos y crueles castigos que sociedades primitivas, todavía vigentes en nuestro tiempo, reservan para los pecados de adulterio, aunque cebándose con hipocresía sólo en la parte femenina. En el lenguaje simbólico del Antiguo Testamento, el papel de la esposa lo encarna el pueblo. Era, pues, de esperar que las infidelidades continuas a su alianza con Dios atrajeran sobre Israel castigos que podían llegar a su total desaparición.
Sin embargo, especialmente en los textos proféticos, la cólera de Dios por los pecados del pueblo no se traduce en una voluntad de castigo y destrucción, sino que, paradójicamente, acaba siempre en palabras de perdón, en renovadas y conmovedoras declaraciones de amor y restablecimiento de la Alianza, en la promesa de un desposorio perpetuo que ya no se romperá nunca. El texto de Isaías de la primera lectura de hoy es un ejemplo elocuente y bellísimo de esta “locura de amor” de Dios por su pueblo, que rompe con todos los estereotipos punitivos y vindicativos propios de esa sociedad y su ley religiosa, que mandaba lapidar a las adúlteras. Hay que decir que, al menos en esto, la experiencia religiosa de Israel no es en absoluto una mera proyección de ideas o convenciones humanas, pues vemos cómo las promesas de Dios hacen caso omiso de las mismas y no tienen empacho en contradecirlas abiertamente.
Si la revelación no ha encontrado mejor modo de expresar el amor de Dios por su pueblo que el del amor esponsal, quiere decirse que este género de amor, por su propia naturaleza, no puede reducirse a un capricho subjetivo, a un mero contrato de conveniencia que puede hacerse a la ligera y disolverse del mismo modo, con consenso de las partes o sin él. Existe en esta relación una exigencia de responsabilidad en su punto de partida; y una semilla de eternidad, incondicionalidad y fidelidad en su realización en el día a día.
Así pues, no es extraño que Juan, apelando a una larga tradición bíblica, elija el contexto de una boda para situar en ella el comienzo de la actividad pública de Jesús, y narrar en ella el primero de los “signos” que la jalonan. De hecho, los capítulos 2-12 del cuarto Evangelio se han dado en llamar el “Libro de los signos”, siete en total. En este primer signo se afirma con claridad que el desposorio definitivo de Dios con su pueblo se cumple ahora, en la persona de Jesús. Con Él se pone fin a la situación de provisionalidad, penuria, postración y vergüenza en que se encuentra el pueblo de Dios. Ahora se hace verdad que “la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo.” En definitiva, aquí y ahora realiza Dios lo que prometió en tiempos remotos.
El aquí es Galilea, el lugar en el que Jesús inicia su ministerio, pero también el de la manifestación a los discípulos después de la resurrección: “Él va por delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis” (Mc 16, 7). El ahora es “al tercer día” (o “tres días después”, aunque la lectura de hoy no recoge estas palabras que abren la narración de todo el pasaje). El tercer día es para Juan el día de la glorificación de Jesús (cf. Jn 12, 23), que para él significa tanto la hora de la cruz como la hora de la Resurrección. Así pues, desde el principio se pone el ministerio público de Jesús en relación con el misterio de su muerte y resurrección. Es posible que la resistencia de Jesús a intervenir ante la petición de su madre esté en relación con esto: “Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora”.
El texto no dice quiénes eran los esposos, no da ningún detalle sobre la posible relación de Jesús y María con esos anónimos anfitriones. El foco de atención está totalmente centrado en María y Jesús. María interviene ante una situación penosa (vergonzosa y humillante, en lo que debería ser la alegría del desposorio), que recuerda la indicada antes para el pueblo de Israel (y, en él, de la humanidad entera). Ante la resistencia inicial de Jesús, María insiste y ordena a los servidores con una confianza absoluta: “haced lo que él os diga”. Este texto es el primero del Evangelio de Juan en que aparece María. Juan, que ha hablado de la “encarnación” (la Palabra se hizo carne), no había hecho mención a la madre de Jesús. Ahora, en cambio, se ve cómo Jesús “entra” en la historia, en su “hora”, en su actividad pública, por la mediación de María.
La acción de Jesús, entonces, se centra en las seis enormes tinajas de piedra (“de unos cien litros cada una”), usadas para la purificación de los judíos. El número seis refleja una ausencia de perfección (aunque está cerca de ella, que se representa con el número siete). Tal vez se pueda entender en el hecho de que sean de piedra una referencia a la antigua ley de Moisés, grabada en tablas de piedra; una referencia que sí puede claramente descubrirse en el hecho de que sean para las purificaciones de los judíos: la enorme cantidad de agua habla de la enormidad del pecado humano.
En una palabra, la antigua ley, orientada a la purificación de los pecados, se revela como imperfecta e insuficiente, se trata de una alianza no definitiva, que prepara pero no puede otorgar la plenitud de la salvación. La triste situación creada en lo que debería ser una fiesta también habla del agotamiento de la ley mosaica y, probablemente, de la insuficiencia del Bautismo de Juan. Pero una insuficiencia no implica un rechazo o una condena. Igual que Jesús se somete al Bautismo de Juan y lo supera, bautizando con Espíritu Santo y fuego, ahora Jesús realiza la superación de la antigua ley partiendo de ella.
Así, Jesús manda llenar las tinajas de agua y, sin más preámbulos, ordena llevarle un poco al mayordomo. Se ve que la acción de Jesús no está dirigida simplemente a resolver un apuro ocasional. En primer lugar, llama la atención la cantidad exagerada de vino: unos seiscientos litros. En segundo lugar, se subraya su extraordinaria calidad. Ni una cosa ni otra tienen sentido en relación con la situación: ni hacía falta tanto vino al final de la fiesta, ni era necesaria esa alta calidad, dado el estado de los invitados. Es decir, Jesús “dice” con su signo algo muy distinto: la superabundancia del vino es señal de que los tiempos mesiánicos se han inaugurado, de que el Reino de Dios se ha hecho presente. Y esta nueva etapa supera en mucho a la anterior. El vino nuevo y festivo de las bodas de Dios con su pueblo es mucho más y mucho mejor que la vieja ley y los antiguos ritos de purificación. Aunque, como ya se dijo, no haya de faltar el sufrimiento de la cruz. En el vino nuevo se prefigura también la sangre derramada en la Cruz, con la que Jesús, el Cordero inmaculado, sella una alianza nupcial nueva y definitiva.
Ahora entendemos por qué los esposos de estas bodas de Caná no aparecen por ningún lado. El verdadero esposo es aquí Dios, en el rostro de Jesús, nuevo Adán; y la esposa, la Mujer, nueva Eva, es la madre de Jesús, que representa a todo el nuevo pueblo de Dios. Dios reúne de nuevo a su pueblo, en el que la ley está escrita en el corazón y que hace lo que él les dice, un pueblo que, como María, escucha y acoge la Palabra y la pone en práctica.
Todo lo que sucede en Caná de Galilea tiene el sentido de una Epifanía, de una revelación. Por ello, los discípulos, primicias, tras María, del nuevo Israel, sienten fortalecerse su fe en él.
Por la fe, los discípulos se convierten en servidores del vino nuevo del Reino de Dios. Realmente, es significativo el papel de los servidores de la boda. El texto dice que el mayordomo no sabía de dónde venía ese vino, mientras que los servidores sí lo sabían. El vino del Reino de Dios es ofrecido a todos sin excepción: a los que reconocen a Cristo y a los que todavía no lo conocen. Es decir, los frutos positivos del Reino de Dios, el reconocimiento de la dignidad del hombre como imagen e hijo de Dios, los valores del perdón y la misericordia, la solidaridad y la acogida del extraño, y así un largo etc., son parte de ese vino nuevo que muchos beben sin saber de dónde viene. Mientras que los servidores del vino, los que lo recogen y distribuyen, sí saben de dónde viene. ¿No hemos de ver en éstos a la imagen de los discípulos y creyentes de Jesús, que hacen lo que él dice y sirven a los demás desinteresadamente, dándoles de los frutos de la acción de Cristo, que inaugura una nueva etapa en las relaciones entre Dios y los hombres?
Los creyentes como servidores de la comunidad de hermanos, pero también de la humanidad entera, según la diversidad de dones que cada uno ha recibido del Espíritu, he aquí una imagen paulina que expresa bien el núcleo de nuestra vocación cristiana.
Así que, hoy, en nuestro particular Caná, Jesús empieza sus signos, crece nuestra fe en él, y esto nos da más fuerza para hacer lo que nos dice y servir mejor el vino nuevo de la filiación divina y la fraternidad a todos los seres humanos, hermanos nuestros.
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Este comentario pertenece al Padre Robert Barron de la diócesis de Chicago Illinois (www.wordonfire.org) .
Comentario a las lectruras del 01/20/13
La paz sea con uds. Amigos míos, es maravilloso cómo la Iglesia nos lleva cada vez y cuando a la escena del evangelio de Juan de las bodas de Caná, una y otra vez, en todo el año, regresamos a esta historia, existe tanto poder espiritual, compactado en la narración de este relato, en el cual Juan comienza diciendo que hubo una boda en Cana de Galilea, a como uds. Ya saben, las bodas son como un símbolo a través de toda la Escritura, de la unión entre Dios y su pueblo; vean con mucho cuidado 'el Cantar de Cantares' y notaran una fuerte impresión o expresión de esta unión de Dios con su pueblo, encontraran lo mismo en el libro del profeta Isaias, si no, veamos la primera lectura de hoy.
“Como un joven enamorado se casa con su amada, así también tu constructor se casara contigo; a como el novio se recrea en su novia, así mismo Dios se recreara contigo.” ¿No es esto muy precioso? El profeta se refiere a Dios como nuestro constructor, pues el es nuestro constructor, creador y quien non hizo; es difícil de creer que exista una relación tan íntima, parecida al matrimonio, entre el creador y su criatura, es mas fácil creer en una relación como la de un Señor y su siervo, o esclavo; lo que hace, muy bonita la imaginación del profeta Isaias, cuando dice que 'tu constructor se casará contigo', esto es realmente una magnifica descripción de una intimidad única, podríamos decir que hasta existe un sentido de igualdad, no de igualdad en la naturaleza de Dios y la del hombre, sino que igualdad por la gracia de Dios, que por su condescendencia nos permite compartir esta intimidad con él.
Después se nos dice, 'a como el novio se complace en su novia, así mismo Dios se complacerá en ti', repito, es fácil comprender un lado de la metáfora del novio deleitándose en su amada, ademas de complacerse en su belleza, personalidad, encanto y atractivo, seguramente que el novio se deleita en que la gente venga a conocerla, es difícil imaginar cómo Dios se deleite en nosotros a como el novio lo hace en su novia, nosotros que dependemos de forma tan detallada de Dios, y aun así, lo oímos de Isaias, que de la misma forma que el novio se deleita de su novia, esto es algo maravilloso; Dios quiere tener matrimonio con su pueblo Israel, porque lo ama con tanta pasión, y he ahí la idea bíblica de la unión matrimonial.
No estamos tratando con una idea deista de Dios, como que si fuese una fuerza lejana, no estamos tratando con una abstracción, estamos tratando con una persona, esa persona que construyó el universo entero, ese mismo que lo hizo todo de la nada, y aun así, quiere unirse en matrimonio con su pueblo Israel; el quiere llenarlos con su propia vida, quiere consumar el acto matrimonial. ¿Y cuál es la consumación de esta profecía?, nada mas, que la 'encarnación' del Cristo, donde la naturaleza divina y la humana se juntan, para formar la unión matrimonial entre Dios e Israel, entre la divinidad y la humanidad; este es un tema central del Cristianismo, de que Dios se hace uno de nosotros, esto es una imagen del matrimonio, la unión entre la divinidad y la humanidad, esta es la razón por la que el gran maestro espiritual dice: Jesús en el evangelio de Juan se asocia desde el comienzo, con una boda; desea manifestar su gloria, precisamente desde el contexto de una boda.
Muy bien...El evento sucede en la pequeñísima Caná de Galilea, una ciudad humilde aun en los estandards de Israel, este pueblo no era ninguna ciudad grande o de importancia, y dadas las condiciones económicas de la época, estas personas eran sin lugar a dudas, gente pobre, lo cual puede ser la razón por la que el vino se acaba tan pronto, de nuevo, éstos no pertenecen al grupo de los 'ricos y famosos', no, eran probablemente una pareja sin plata, que deciden celebrar su boda aun en los tiempos de una economía muy mala, en este pueblecito de Caná.
Pues bien se acabó el vino, y si la boda es un poderoso símbolo bíblico, el vino también es otro poderoso símbolo en la Escritura; el profeta Isaias de nuevo nos habla de la montaña sagrada, y escuchen bien, de 'un festín de carnes jugosas y vino del mejor' y en el 9no. Capitulo del libro de Proverbios, Dios es presentado como una mujer que prepara una gran comida, adobando las carnes y escogiendo el vino. Y por supuesto tenemos la comida de la Pascua, que es tan central e importante para el Israel de la antigüedad y también para el Israel moderno, en esta cena se utilizan varias copas de vino durante el curso de la celebración, vino que deleita el paladar, eleva el espíritu y la mente, y que a la vez invoca la vida divina, y la gracia.
¿Qué tenemos entonces aquí simbólicamente hablando? A como saben San Juan es un gran maestro que utiliza los símbolos de manera muy provocativa, aquí tenemos un banquete nupcial en donde el vino se ha terminado a la mitad de la fiesta, lo cual es una metáfora relacionada a Israel que se ha perdido en el pecado; podríamos también considerarla como otra representación de Isaias y la viña que ha sido abandonada y abusada, representa también la unión rota de Israel con Dios. Lo que estaba supuesto a ser algo festivo y lleno de vida, se ha vuelto árido, estéril, y lleno de resentimiento.
Este es el punto, a este banquete, que es lo que Israel estaba supuesto a ser, y donde el vino se ha terminado, llega Cristo, quien es la personificación misma del matrimonio entre le divinidad y la humanidad, y quien es también el vino mismo en persona; en este punto de la historia, tenemos la intervención de María quien es mencionada por primera vez en el evangelio de Juan, quien significantemente y por supuesto que se dirige o habla directamente con Jesús, y lo que ella dice, atañe no sólo a la necesidad inmediata que es algo bochornoso para la familia, lo cual muestra la gran sensibilidad de María hacia lo práctico de que no sólo haya vino, sino también a la situación vergonzosa de la pareja; ahora, simbólicamente lo que María dice, se refiere a lo que los profetas de Israel han estado abordando por siglos, de que la vida divina se ha secado.
Cuando María dice que el vino se ha terminado, lo que significa es no sólo desde el punto práctico sino de forma metafórica y espiritual de que el vino se ha terminado, ¿con qué frecuencia los profetas han dicho “oh Señor, hasta cuando? Hasta cuando vas a intervenir, que no ves que tu pueblo Israel languidece?” podríamos también ver otro significado de la matáfora, a como es vagar por el desierto, o en este caso, “se han quedado sin vino”, aquí María es, Isaias, Josias, Jeremías, Daniel, Joel y todos los demás, ella habla con la misma insistencia, y su cadencia, ella es Israel diciéndole a su Creador, “¿hasta cuando vas a restaurar la vida divina?”.
Esto es lo que Juan quiere que nosotros veamos aquí, porqué María es tan decisiva e importante figura, ahora... cuando Jesús vacila un poquito, María se vuelve a los sirvientes y de forma firme les dice: “hagan lo que el les diga.” Y a como muchos dicen, esta son las últimas palabras que tenemos de María en el evangelio de Juan y todo el Nuevo Testamento, podríamos decir que es su despedida o última actuación que en el teatro se llama “el canto del cisne”; pues bien, aquí María es Israel, pues, ¿qué nos decían todos los profetas? A como ya mencionamos a Isaias, Jeremías, Daniel, etc. “hagan lo que el Señor nos ordena.” Y a como saben, Israel se pierde al no obedecer las indicaciones de Dios, no hace lo que El les dice, no obedecen el Tora, ni escuchan a los profetas.
Tenemos ahora aquí a María, con cierta confianza deliciosa, diciéndole a los sirvientes, “hagan lo que el les diga”, y ¿que tenemos después? Jesús les dice a los sirvientes que llenen las tinajas de agua, que eran nada mas que para el lavado de purificación, de manos y pies (si se llegaba de algún lugar) para antes de comer; Jesús pues dice llenen las tinajas de agua, que podríamos leer simbólicamente, como la vida ritual y religiosa del Israel antigüo, agua que a sostenido la vida espiritual de Israel por siglos, la ley, la alianza, los profetas, el templo, todos los ritos y legalismo de Israel, ¿era todo eso bueno, daba vida, era nutritivo? Sí, por supuesto, pero, no era vino, en otras palabras, no era todo lo que Dios quería para su pueblo.
Todo eso que era bueno, necesitaba ser transformado desde arriba, y ésto es precisamente lo que sucede ahora que Jesús de forma sutil transforma el agua en vino, el no menosprecia ni lo desdeña, sino que mas bien lo eleva y la da un nuevo significado; podríamos decir que significa la transformación de los viejos ritos de Israel, en los nuevos Sacramentos de la Iglesia, no es exageración ver una conexión aquí entre la transformación milagrosa del agua en vino, con la transubstanciación del vino en la Eucaristía , piensen en la Misa, Dios por medio del sacerdote, toma elementos ordinarios, pan, aceite, agua, vino y los transforma en agentes de su vida divina, los hace portadores de gracia, portadores del vino que Israel siempre añoraba, Jesús transfigura y eleva la vida ritual Judía, de la misma forma ahora en la Eucaristía , el transfigura y eleva cosas ordinarias.
El mayordomo llega a la conclusión y dice, normalmente la gente sirve el mejor vino primero, y después cuando ya están ebrios, les sirve vino ordinario o de menos calidad, pero tu Señor, has reservado el mejor vino para el final; esto es poderosamente simbólico, el vino de mejor calidad que ha sido reservado para el final, es precisamente la Eucaristía, vino que se nos ha revelado ahora que estamos en 'los últimos días', lo que significa la era de la Iglesia, es cuando este nuevo vino, la vida divina misma de Cristo se nos ofrece. Por eso es que esta historia es la historia de la salvación, de la sacramentalidad y plenitud de los deseos mas profundos de Israel, hasta aquí por ahora, y que Dios los bendiga.
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Readings for Sunday 01/20/13
Solemnity of the Baptism of the Lord
Reading 1 (Is. 62:1)
For Zion’s sake I will not be silent, for Jerusalem’s sake I will not be quiet, until her vindication shines forth like the dawn and her victory like a burning torch.
Nations shall behold your vindication, and all the kings your glory; you shall be called by a new name pronounced by the mouth of the LORD. You shall be a glorious crown in the hand of the LORD, a royal diadem held by your God. No more shall people call you “Forsaken, “ or your land “Desolate, “ but you shall be called “My Delight, “ and your land “Espoused.” For the LORD delights in you and makes your land his spouse. As a young man marries a virgin, your Builder shall marry you; and as a bridegroom rejoices in his bride so shall your God rejoice in you.
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Responsorial Psalm (96:1)
R. Proclaim his marvelous deeds to all the nations.
Sing to the LORD a new song;
sing to the LORD, all you lands.
Sing to the LORD; bless his name. R.
Announce his salvation, day after day.
Tell his glory among the nations;
among all peoples, his wondrous deeds. R.
Give to the LORD, you families of nations,
give to the LORD glory and praise;
give to the LORD the glory due his name! R.
Worship the LORD in holy attire.
Tremble before him, all the earth;
Say among the nations: The LORD is king.
He governs the peoples with equity.R.
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Reading 2 (1Cor. 12:4)
Brothers and sisters:
There are different kinds of spiritual gifts but the same Spirit;
there are different forms of service but the same Lord;
there are different workings but the same God
who produces all of them in everyone.
To each individual the manifestation of the Spirit
is given for some benefit.
To one is given through the Spirit the expression of wisdom;
to another, the expression of knowledge according to the
same Spirit;
to another, faith by the same Spirit;
to another, gifts of healing by the one Spirit;
to another, mighty deeds;
to another, prophecy;
to another, discernment of spirits;
to another, varieties of tongues;
to another, interpretation of tongues.
But one and the same Spirit produces all of these,
distributing them individually to each person as he wishes.
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Gospel (John 2:1)
There was a wedding at Cana in Galilee,
and the mother of Jesus was there.
Jesus and his disciples were also invited to the wedding.
When the wine ran short,
the mother of Jesus said to him,
“They have no wine.”
And Jesus said to her,
“Woman, how does your concern affect me?
My hour has not yet come.”
His mother said to the servers,
“Do whatever he tells you.”
Now there were six stone water jars there for Jewish ceremonial washings,
each holding twenty to thirty gallons.
Jesus told the them,
“Fill the jars with water.”
So they filled them to the brim.
Then he told them,
“Draw some out now and take it to the headwaiter.”
So they took it. And when the headwaiter tasted the water that had become wine,
without knowing where it came from
— although the servers who had drawn the water knew,
the headwaiter called the bridegroom and said to him,
“Everyone serves good wine first,
and then when people have drunk freely, an inferior one;
but you have kept the good wine until now.”
Jesus did this as the beginning of his signs at Cana in Galilee
and so revealed his glory,
and his disciples began to believe in him.
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